Todo sucede por una razón
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Todo sucede por una razón.
Es uno de los principios por los que he vivido y nunca cuestioné... ¿o no?
Cuando una serie de acontecimientos de la vida se abalanzan sobre ti, es difícil aceptar esta noción, especialmente cuando estás en medio de ello.
¿POR QUÉ?
Porque queremos saber la razón por la que sucedió y qué podríamos haber hecho para prevenirlo, mejorarlo o dejarlo ir.
Profundicemos. Si hubieras tenido la oportunidad con la previsión que ahora sabes, podrías haber evitado que sucediera algo malo. Sin embargo, no lo hiciste en ese momento cuando estabas en medio de esto, así que no hay nada que puedas cambiar al respecto. Está en el pasado. Quedarse estancado aquí es angustioso porque no se puede hacer nada más que aprender de esa experiencia y aceptar con un suspiro que "todo sucede por una razón" y aprender a dejarlo ir. Ahí está el desafío y, por tanto, la oportunidad de crecer.
En el caso de que estés en medio de esto y tengas la oportunidad de mejorarlo y hacerlo allí mismo, ¡felicidades! Eres más sabio y mejor para ver las cosas antes de que sucedan y tienes la inteligencia emocional para mantener la calma mientras tomas las decisiones y acciones correctas. Te sientas con la cabeza en alto y piensas "todo sucede por una razón, por lo que pueden surgir cosas mejores" con una sonrisa en el rostro. De ninguna manera estoy descartando o disminuyendo la posibilidad de que esto suceda como algo imposible. Sucede a medida que continuamos creciendo y aprendiendo a gestionar nuestras emociones. Es el objetivo aceptar las cosas como son, sacar lo mejor de ellas, sabiendo que hay algo mejor para nosotros por delante.
A veces las cosas buenas se desmoronan, para que puedan surgir cosas mejores.
Para todo en la vida hay un principio y un final. Nada es permanente. Incluso las cosas buenas llegan a su fin y no hay mal tiempo que dure para siempre. La tormenta pasará, saldrá el sol y las aguas empezarán a retroceder. Esto también es difícil de aceptar a veces debido a los recuerdos, los sentimientos y las emociones que rodean a esa persona, lugar, evento o situación. Si pensamos en términos de crecer, reconocer y aceptar a esa persona, lugar, evento o situación como una experiencia de aprendizaje y crecimiento, es más probable que nos recuperemos y avancemos en la vida hacia otras experiencias. Si nos cuesta seguir adelante probablemente es porque puede haber asuntos pendientes, ya sean interpersonales, emocionales o físicos que están creando un apego a esa persona, lugar, evento o situación y no queremos soltarlo.
Todo sucede por una razón. A veces las cosas se desmoronan para que puedan surgir cosas mejores.
Estos son términos que debemos llegar a comprender y aceptar de una manera u otra, ahora o más adelante. Ah, mierda, podemos patalear y gritar como un niño en una rabieta, resistirnos a aceptarlo, negar lo que está sucediendo, intentar meter una clavija cuadrada en un agujero redondo, empeorando las situaciones. O tenga el coraje de aceptarlo y confíe en que el universo tiene algo mejor para usted. La libertad emocional es la recompensa, la recompensa definitiva.
¿Qué pasa contigo? ¿Qué opinas? Por favor deje un comentario a continuación.